Veo por lo menos, que hay gente que se esta animando a mandarnos su opinión sobre los diferentes temas de actualidad, ahora contamos con la aportación de @andrea_n1. Os animo a cualquier otra persona a escribir, cuanto mas puntos de vista tengamos, mas completa sera la mirada actual.
Un saludo.
Ayer leí que Wikileaks está filtrando una serie de correos electrónicos de la compañía Stratfor,
una empresa privada dedicada al espionaje, que Anonymous le ha proporcionado.
Me parece
apasionante la idea de saber hasta que punto llega el poder de ciertas empresas
privadas y sobre todo como lo focalizan, se que aun no se sabe la importancia
de estas conversaciones, pero cuanto menos estoy intrigada. Por eso he decidido
dedicar este primer artículo en el blog de mi amigo Manu a plantear como se han
ido diluyendo los límites en la sociedad.
Por un lado,
me parece aterrador que una empresa privada con ánimo de lucro tenga acceso a
información tan delicada como la que tiene, pero lo que sobre todo me impacta,
es que no solo la consigan con sus propios medios, si no que tengan tratos con
agencias nacionales para el intercambio de dicha información.
La información
que han descubierto trata muchos temas, entre los cuales esta la política
internacional, organizaciones terroristas y la economía mundial. ¿Debe una
empresa privada, asociada con vete tú a
saber quien, conocer secretos nacionales importantes que puedan tener
consecuencias gravísimas si cayeran en malas manos? ¿Es legal? Está claro que
la CIA no solo lo sabía si no que incluso colaboraba con ellos, pero ¿Quién lo
supervisaba? ¿Cómo se repartía esta información? Ya que aparte de lucrarse
económicamente, el poder que genera todos estos datos puede ser incalculable,
entonces ¿Cómo lo aprovechaban?
Dejando a un
lado el tema de la intimidad y la protección que claramente dará mucho que
hablar, creo que todos sabemos que estamos en una sociedad vigilada y que de
una u otra manera cada vez se trata de ampliar más esta vigilancia bajo
pretextos propagandísticos, que intentan desviarnos del tema importante.
Pero hasta qué
punto puede llegar el capitalismo que vende los secretos al mejor postor. La
información se compra con dinero, pero hasta ahora teníamos entendido que esta
información era conseguida de forma fraudulenta, ya que el gobierno se supone
que debería tener más poder que cualquier empresa privada… aunque esta idea se
ha ido diluyendo a lo largo que ha avanzado la crisis, gracias en parte a una
serie de empresas que se han enriquecido empobreciendo a los países. Aunque realmente
no hay medios que lo impidan, ¿por qué lo permiten los gobiernos?, ¿que ganan
con ello? Quizá sea verdad el rumor que corre de que el mundo lo dirigen una
serie de personas con poder que nada tienen que ver con la política,
simplemente la dominan a su antojo utilizando a los gobiernos como simples
marionetas, entonces ¿estamos en una falsa democracia? ¿O es que la democracia
capitalista quiere decir esto?
Por otro lado está
claro que la forma de conseguir estos correos tampoco es legal, pero ¿el fin
justifica los medios? ¿Existe una forma legal de conseguir algo en contra de
esta sociedad que a su vez actúa cada vez más conscientemente de forma ilegal? ¿No
se supone que ya que la sociedad representa de manera fidedigna el capitalismo
debería ser capaz legalmente de cumplir sus objetivos? ¿O es que acaso estos no
deberían ser los objetivos del sistema?
Creo que está
bastante claro que desde un punto de vista moral no, pero estrictamente parece
bastante claro que esta es la parte negra del capitalismo, pero capitalismo al
fin y al cabo.
Recordemos
también hechos bastante recientes que refuerzan esta idea, cuales son los
motivos del cierre de megaupload a nivel mundial, se le juzga en un tribunal
estadounidense, pero eso ¿quiere decir que tenga potestad para juzgar la legalidad
de la sociedad a nivel mundial? ¿Quiénes son el resto de gobiernos para sugerir
de forma reiterada la actuación de otro gobierno en su propio país? Como la Ley
“Sinde” cuya idea salió de Estados Unidos y fue “comentada” al gobierno
español, o las actuaciones de países extranjeros en conflictos nacionales
posicionándose claramente en uno de los bandos.